MENORCA TALAYÓTICA,
PATRIMONIO MUNDIAL DE LA UNESCO

El lunes 18 de septiembre de 2023 la Prehistoria de Menorca, bajo el lema de "Menorca talayótica", ha recibido el mayor reconocimiento que se puede tener a nivel internacional, como ha sido el ser declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. La riqueza patrimonial de España, inmensa, con esa decisión, ha alcanzado el número 50 de sitios que tengan en este país dicha consideración.

Menorca, una isla de a penas 700 km2, tiene contabilizados más de 1.500 yacimientos arqueológicos, de los cuales en su mayoría pertenecen a ese período de su historia que abarca el final de la Edad del Bronce y la Época del Hierro (desde circa 1800 aC. hasta el año 123 aC., año en que la isla pasó a estar bajo control de la República Romana). No es extraño que desde hace muchas décadas la isla sea considerada un Museo al Aire Libre. Densidad en yacimientos (más de 2 por km2), y excepcionalidad en cuanto a estado de conservación, reflejo del respeto que desde que se construyeron los menorquines han tenido por su pasado.

Una cultura que ha llamado la atención desde siempre. Ejemplos, John Armstrong, en 1753, en su The History of the Island of Minorca, refiere a esos bienes. ¡Qué decir de Joan Ramis y Ramis!, autor del primer libro monográfico editado en España dedicado íntegramente a la prehistoria de un lugar, “Antigüedades celticas de la isla de Menorca desde los tiempos más remotos hasta el siglo IV de la era cristiana”, de 1818. O el francés Emili Cartailhac, que fotografío a fines del XIX muchos de esos monumentos, o Margaret Murray que, en la década de 1930, decidió apostar por la prehistoria de Menorca como línea propia de investigación, publicando sus resultados en Cambridge. A partir de esas fechas, y especialmente desde mediados del siglo XX, las publicaciones y quienes se han implicado en las tareas de recuperar este pasado han ido creciendo exponencialmente hasta llegar al día de hoy.

El Valor Universal Excepcional de esta Cultura se basa en la originalidad de determinadas expresiones arquitectónicas, como pueden ser estos lugares de sepelio colectivo, las Navetas de Enterramiento tal como la del Tudons,  o esos santuarios, los Recintos de Taula como el de Torralba d'en Salort, con esas dos piezas calcáreas centradas en esos ámbitos cultuales, que alcanzan más de 4 metros de altura, las viviendas, de estructura mediterránea, con el patio central dando luz a las estancias, y con esa peculiar forma circular, presentes en todos los lugares de hábitat.

Pero hay mucho más, por descontado, el edificio que da nombre al reconocimiento, esas torres enormes que forman parte del paisaje de la isla, imposibles de no ver a cualquiera que visite la isla, y que están en la retina de todos los menorquines, los Talayots -más de 400 visibles-, ahí está el de Torelló, o el de Curnia justo al lado del aeropuerto. Y podríamos seguir con las salas hipóstilas, las mura llas que envuelven sus poblados, como las de Son Catlar, con más de 800 metros visibles. Llegar a Torre d'en Galmés y apreciar una extensión poblada de unas 7 hectáreas desde donde se contempla la costa sur de Menorca y esa inmensidad que nos rodea que es el mar, es otro de los muchos hitos que han quedado fosilizados en los paisajes menorquines. Y, acercándonos más al mar, los hipogeos horadados en las paredes de los barrancos que llegan a la costa, o sobre acantilados marítimos, guardianes de nuestros antepasados difuntos, como las cuevas de Calescoves, de Cala Morell, y que tanto revelan de sus vidas.

Es un honor para ahora, pero lo es también para quienes, a lo largo de los siglos, han respetado estas construcciones, las han admirado, y las han preservado, empezando por quienes fueron capaces no sólo de construirlas, de ser creadores de espacios únicos en el mundo, y de habernos dejado este legado que quedará para siempre, tal como está ahora presente dentro de nosotros.