La joyería más antigua de Mahón:
Joyería Vives
Juan Vives, responsable actual de este rincón tan especial de Mahón, nos cuenta la historia de su familia y su negocio.
"Mi abuelo fue quien abrió la joyería, nació en la isla en el 1900 pero ya de muy joven cogió los pinceles y se fue a Mallorca, donde entró a formar parte de la escuela de Pollença junto a pintores como H. Anglada Camarasa o Tito Cittadini. Digamos que fue el primer artista de la familia. Le siguieron dos de sus tres hijos, mi padre que escogió el oficio de su padre y mi tío que optó por la orfebrería. Él fue el que me enseñó el oficio al que me dedico.
Cuando pienso en mi infancia lo primero que me viene a la mente son los olores de aguarrás y a pintura al óleo. Me he criado entre el taller del pintor y el del orfebre.
Mi mujer Ana y yo, junto a mi prima Aina, tenemos dos tiendas Jade y Vives. Son dos negocios completamente distintos pero complementarios y, de hecho, nuestros clientes lo son de ambos.
Vives fue fundada hace 100 años por Juan Vives Llull, mi abuelo, cediéndolo después a uno de sus hijos y su mujer Inés, el cual añadiría un componente clave al negocio: el amor por los viajes a lugares remotos y el interés por las culturas exóticas. Juan Vives Campomar viaja pues a China, a la India, a Marruecos, al norte de Tailandia... La joyería Vives adquiere entonces un aire de bazar chic.
Con solo 17 años mi tío me lleva a uno de sus viajes a Jaipur, no hay vuelta atrás. Durante los siguientes 30 años, uno o dos meses al año los pasamos en Asia. Al principio coleccionábamos objetos artesanales de los lugares donde viajábamos, hasta el día en que decidimos abrir la tienda Jade, 15 años atrás, para compartir aquello que tanto nos gusta con el público.
En el taller creamos piezas únicas e irrepetibles, muchas de ellas son el resultado de la fusión y la transformación de objetos exóticos.
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