A veces se nos olvida el verdadero sentido de viajar. El ansia por no perdernos ningún rincón hace que nos precipitemos a itinerarios frenéticos, pero es necesario parar para contemplar. Observar en vez de mirar.
A veces se nos olvida el verdadero sentido de viajar. El ansia por no perdernos ningún rincón hace que nos precipitemos a itinerarios frenéticos, pero es necesario parar para contemplar. Observar en vez de mirar.